Mi marido ha estado casi cuatro días en Italia por trabajo. Más de una vez ya había estado de viaje, pero tantos días nunca. Al final las labores de casa y el cuidado de los niños lo tenemos repartido al 50% y verme con toda la carga yo sola ha sido difícil. A parte de no tenerlo a él en casa claro, su olor, su sonrisa, su mirada de complicidad cuando alguno de los niños hace alguna de las suyas…y más cosas claro. Llevamos 8 años conviviendo pero sigue haciéndome ilusión el sonido de sus llaves entrando en la cerradura de casa, no lo puedo evitar.
Esta tarde lo esperábamos los tres con mucha ilusión y aunque con un poco de retraso por fin ha llegado. En la maleta traía alguna que otra sorpresa que sabía que me haría ilusión.
Si algo nos gusta a los dos es el café, todos los días nos tomamos como 4 tazas cada uno, es por eso que ha traído este café italiano. Me ha dicho que allí el café debe estar buenísimo y que lo traía para que lo probara.
También ha traído pasta para hacer canelones. Pero no la pasta típica, son como unos tubos en los que puedes meter directamente el relleno sin tener que enrollar nada. Haremos la prueba y ya os contaré a ver qué tal.
Y por último me ha traído (digo me ha porque son mi regalo) unos bombones italianos. Parece que han salido a conocer la ciudad con unos italianos y una mujer le ha debido decir: “llévele esos bombones a su Donna, a las esposas siempre hay que llevarles algo”, y no ha podido negarse, claro.
Como los bombones son un peligro mortal, voy a intentar guardarlos muy lejos de mi vista y llevarlos a la cena de navidad para repartirlos con la familia… a ver si lo consigo.
1 comentario:
Mar, gracias por tu comentario en mi blog. El tuyo me ha gustado mucho y por eso me he hecho tu seguidora. Es verdad que a través de este medio conocemos gente estupenda y con las mismas aficiones que nosotros.
Los regalitos que te trajo tu marido le harían una ilusión tremenda a mi hija porque la pasta y los bombones son su debilidad. un besote
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